lunes, 26 de marzo de 2007

¿Hasta dónde llega el "humor"?

El tema a tratar esta semana consiste en abordar la polémica generada tras la emisión de unos de los capítulos de la serie Aída de Telecinco llamado “El enano oscuro del corazón”, en el que presenta una serie de comentarios que manifiestan un trato degradante y deshonroso a las personas que sufren la enfermedad del enanismo óseo, entre ellos: Los enanos no son de fiar; Si pareces un repuesto de futbolín; ¿Cómo va a ser mi hijo si yo soy normal?

Ante esta situación, la fundación ALPE Acondroplasia, que lucha por la derechos y la integración de estas personas, no ha exigido una compensación económica sino una disculpa pública del tratamiento dado a estas personas y la organización y financiación de un debate llevado a cabo en televisión que abarque el tema de la discapacidad.

Telecinco pide perdón por esta situación generada. Confiesa no haber revisado el contenido del capítulo una vez proporcionado por la productora contratada Globomedia e intenta reducir el problema exponiendo que los comentarios presentados pertenecían al personaje más xenófobo de la serie y no a ellos mismos.

La cadena expone un argumento no válido deontológicamente hablando, es la justificación de explicar que las frases presentadas por palabras son del personaje de Mauricio pero que ellos no piensan esas cosas. Pero ¿acaso los caricaturistas de los periódicos no ponen en boca de sus personajes cómicos la línea ideológica ante los temas de actualidad? Para empezar errar es de humanos y rectificar es de sabios, así que no pueden eliminar su parte de su culpa diciendo que no fueron sus palabras. La cuestión no es pasarse la responsabilidad de unos a otros sino enfrentarse a las consecuencias de ello. Lo presentado sí es el fruto del trabajo de un grupo de guionistas que dan forma a un producto. Eso es lo que hay que evaluar también, ya que se trata de otro medio cualquiera para expresarse y justificar que es algo de ficción alejado de la realidad no es un argumento válido.

Nuestra reflexión también se centra en este último aspecto. La cadena es la responsable principal de los contenidos que ofrece, aunque contrate el producto de una compañía importante no implica que deba relajarse ante lo que llega a sus manos, ya no sólo por cuestión de prestigio, sino de posibles problemas legales a los que se pueda enfrentar. Es contradictorio cómo una cadena de televisión que lleva a cabo una campaña de doce meses, doce causas, produzca programas de calidad cuestionada como Aquí hay tomate y A tu lado , entre otros, y que en este caso tratado, que Telecinco acepte sin más, sin un estudio previo, contenidos que rozan una discriminación de tales características. Además de este sector que ha expresado su descontento ante el tratamiento ofrecido hacia ellos por parte de la serie, también queremos destacar que semana tras semana se hacen comentarios un tanto despectivos hacia los calvos, los gordos, etc.

Es por ello que también planteamos una reflexión sobre cómo la televisión se convierte en un territorio “salvaje” donde la búsqueda de la máxima audiencia esquiva a los valores mínimos éticos hacia el respeto de las diferencias entre las personas donde se busca el humor fácil y cruel para conseguir el propósito del preciado máximo valor en el share. Se entra en un ámbito donde la ironía y el humor se confunden con la maldad y el desprecio, donde lo gracioso se convierte en sinónimo de miserabilidad y donde los límites se traspasan de maneras insospechadas.

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