lunes, 21 de mayo de 2007

¿Nuevas oportunidades?


Cada día observamos cómo las nuevas tecnologías se van introduciendo en la sociedad llegando a ser una parte imprescindible y atractiva que todos queremos poseer. Los nuevos formatos y reproductores, son algunos de los productos y servicios innovadores que nos hacen más llevadero el día a día.

De todos es conocido el éxito que tiene la telefonía móvil y sus derivados, vivimos en sociedades desarrolladas consumistas en las que constantemente buscamos tener más comodidad y poder distinguirnos del resto. Esto lo conocen las compañías productoras de nuevos servicios y por supuesto, lo aprovechan.

Varias son las empresas que han aportado servicios innovadores relacionados con el audiovisual en los últimos años, siguiendo como de costumbre, las tendencias desarrollas en Estados Unidos e Inglaterra:

Series que en su mayoría no superan el par de minutos, de mediana calidad y con actores conocidos, a las que se puede acceder de forma sencilla, donde y cuando queramos.


Hablamos de servicios que apuestan por la producción y distribución de contenidos audiovisuales de forma innovadora. Un nuevo desafío que busca hacerse hueco en una sociedad que demanda, cada vez más, no perder ni un minuto de su tiempo.

No son más que otro de los servicios que intentan favorecer la comodidad del consumidor, apegado hoy día a su teléfono móvil y a tantos otros productos. Al fin y al cabo estamos ante un modo de producción similar a las series de ficción tradicionales, pero en las que la historia se reduce hasta lo insospechado. Series con las que podemos interactuar de forma increíble, y todo esto desde el móvil.

Pero no es oro todo lo que reluce, a este modo de distribución aún le queda mucho por andar, ya que tal y como ocurre en el panorama audiovisual en general, no parece apostar más que por los contenidos prefabricados y actores conocidos.

Y es que en el fondo ¿de qué estamos hablando? Nada más y nada menos que de otra forma de hacer caja.

lunes, 14 de mayo de 2007

¿Apuesta a corto o largo plazo?

La cadena de televisión de Cuatro estrenó el pasado 8 de mayo una nueva serie de producción nacional: Cuenta atrás. Es la primera producción de Globomedia para el canal de Sogecable.

Esta nueva producción apuesta por una técnica audiovisual repleta de un gran número de planos y secuencias a través de un ritmo frenético de estos en un espacio de apenas 50 minutos. Se trata de un despliegue técnico que cuenta con la presencia de numerosas escenas grabadas en espacios naturales lo que ayuda a conseguir una mayor verosimilitud de los hechos narrados.

Además de este atractivo formato, se apoya en la presencia de Dani Martín, líder del grupo español de “El Canto del Loco”, además de los jóvenes artistas que cuentan con varios premios y nominaciones en sus carreras: Bárbara Lennie (Leo), Álex González (Mario) y Teresa Hurtado de Ory (Rocío). El punto de la experiencia viene dado por José Ángel Egido (Molina).

La parrilla programática de Cuatro ha colocado a Cuenta atrás tras la exitosa serie norteamericana House. De esta forma se pretende llegar a la audiencia y luego "buscarle su hueco", según la directora de contenidos de Cuatro, Elena Sánchez. Primero quieren conseguir un número de seguidores considerable para que luego esa fidelidad permanezca independientemente del horario establecido.

Aquí se plantea una cuestión importante: la manera en que las cadenas de televisión van adaptando el horario de sus productos conforme el éxito que vayan adquiriendo. Esto pone en evidencia los intereses de las diferentes cadenas a conseguir el mayor nivel de audiencia y por consiguiente mayores ingresos económicos dejando de lado uno de los valores motores de los orígenes, es decir, los contenidos divulgativos y culturales.

Continuamente comprobamos en televisión que programas de contenido cultural y cuya función es la formativa van variando de horario siguiendo las caprichosas cifras de las audiencias, confundiendo de esta manera al espectador. Programas como Redes, Metrópolis, Días de cine, aparecen en horarios de madrugada que difícilmente serán seguidos por el público. Van rotando por la parrilla programática al son del éxito televisivo.

No se apuesta por este tipo de programas culturales ya que cuando se ponen en antena, no se les da tiempo a que ellos ocupen su hueco y son fácilmente trasladados o eliminados y se busca como consecuencia programas de entretenimiento fácil, de sencilla asimilación.

¿Por qué no poner programas divulgativos tras programas con altos valores de share y así probar su resultado? Sencillamente la televisión sigue siendo algo más que un negocio, tal y como dijo Bustamante.

lunes, 7 de mayo de 2007

Cambio de valores

Todos los sábados y los domingos por la mañana, las distintas cadenas inundan su programación de series infantiles, una estructura que bien podría definir un sector audiovisual que se preocupa por los contenidos emitidos. Sin embargo, el día a día en las televisiones nacionales evidencia cómo ninguna respeta el horario infantil en sus horas de emisión. Partiendo de esta realidad, lo que correspondería cuestionarnos es ¿qué valores fomentan las series infantiles emitidas actualmente en televisión?

La época de Heidi, Marco, y la Abeja Maya pasó hace tiempo, pero en los últimos años han surgido otras como: Lizzy Maguire, Dos en Malibú, Zark y Gody, Doraemón, Rebelde Way, ect.

Podemos considerar que estas nuevas series dan importancia a un valor tan importante como lo es la amistad, e incluso tienen muy en cuenta la propia familia. Pero, lo que más sobresale son los estereotipos reflejados en los diferentes personajes; contemplamos indiferentes cómo se fomenta la imagen de la típica chica quinceañera presumida, maquillada, conjuntada y, por supuesto, delgada. De la misma forma, se considera ridículo al chico que es estudioso y saca buenas notas, mientras que lo divertido es burlarse de la profesora y los demás compañeros.

Generalmente, este tipo de series busca ampliar su público y enganchar tanto a niños como adolescentes. Muchas de ellas cuentan con argumentos interminables que abarcan intensas historias de amor un tanto ficticias y que suelen estar ambientadas en un instituto. Ahora bien, cualquier actor no es válido, los elegidos serán aquellos que superen el exigente casting de belleza o ¿habéis visto alguna vez un protagonista feo?

En poco tiempo, los personajes protagonizarán diversos números musicales con canciones un tanto pegadizas, para después realizar un cd recopilatorio y por tanto, sacar provecho económico de ello.

Abordábamos este tema refiriéndonos en mayor parte a series extranjeras, puesto que, en España, aún existiendo un número de producción de series infantiles o juveniles, es algo muy reducido. A esto se unía el que, actualmente, ninguna serie de este tipo y de producción española es emitida en TV. A pesar de todo, no encontramos una comparación para una serie tan entrañable como es Verano Azul.

En conclusión, las series infantiles y juveniles actuales no tienden a reflejar valores importantes para la vida de una persona, y si lo hacen lo hacen, es de una forma muy insustancial.
Atrás quedaron la dulzura y la inocencia de nuestros dibujos animados, dando paso a una sociedad donde lo único que importa es el dinero.